Es increíble observarle trabajar. Resulta emocionante descubrirle encontrar los rostros, los lugares, las atmósferas que antes solo habitaban ese mundo y mi cabeza. Cada trazo de lápiz acerca un poco más dos universos destinados a encontrarse. Hay una conexión mística entre mi latido y el pulso de su mano. Su muñeca traduce mis palabras a trazos y pigmentos sin que necesite mediarse nada más.
Javier Charro: lapiz preliminar
Se definen, cobran forma, se llenan de su particular magia, de su trazo suelto, indifinido y a la vez compacto y robusto. Hay una fuerza que palpita en su trabajo y que contagia por alguna razón extraña que va más allá de las simples destrezas en el oficio. Charro captura almas. Mi admiración por él no tiene cabida en una líneas de blog.
Javier Charro: Boceto color (fragmento)
La piel de un reptil brilla a la luz de las antorchas a traves de puntos de color. Se congela el intante previo a una muerte sangrienta. Y en ese segundo robado al destino, la bestia que iba a morir vivirá eternamente en las retinas.
Poco a poco el número de piezas de la edición ilustrada crece. Pronto podremos lanzar el primer bloque de esta nueva Flor de Jade. He aquí solo una pequeña muestra de ese proceso creativo. Lo que Javier está haciendo para esta historia y para vosotros es tan mágico y tan personal que solo puede pagarse con la admiración.
Existen razones de más para que nadie dude de que seguimos adelante.
1 comentario:
Es fabuloso. Ansiosos estamos.
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