domingo, 25 de enero de 2009

LAS RAZAS DOMINANTES, ESBOZOS. HUMANOS.

Las Razas Dominantes, Esbozos. Humanos.
Se establecen en este apartado las claves para conocer algunas de las más notables razas que pueblan El Mundo Conocido. A pesar de su extensión no debe entenderse este apartado como una descripción exhaustiva de dichas razas, sólo meros apuntes aproximativos que las definen de manera general.

"La tensión era máxima cuando las delegaciones imperiales llegaron a la ciudad. Los campos se tiñeron de plata cubiertos por las armaduras brillantes de los bravos guerreros y el ondear de los estandartes trajo un renovado orgullo a la vez que un sentimiento tranquilizador se extendió como un potente narcótico por entre las gentes, pero poco tiempo estuvieron los campamentos sobre la encrespada pradera de Tagar. Todo se realizó conforme lo acordado y tras abastecer a tan cuantioso ejército, aquella marea de cimeras azules y blasones nobiliarios se puso en marcha, llevando consigo al gobernador de la ciudad. La despedida fue tumultuosa y llena de euforia, pero pronto, sin la presencia de las Armadas, el abatimiento se dejó sentir, si cabe con más fuerza que antes."


El Enviado. Libro Primero.


    Humanos.


Poco cabe decir de los humanos que no se haya dicho ya o resulte obvio.
Hasta los momentos del relato constituían la raza dominante y la cultura hegemónica en el mundo representada por el Imperio. Dentro de la raza humana existen muchas variedades locales que el imperio, cosmopolita y multirracial integraba en su mayor parte ya sea mediante vasallaje o elemento tributario ya sea a base de alianzas de protección o fraternidad. Culturalmente los humanos Imperiales son herederos del mundo elfo, que es la raíz cultural de mayor peso en el Mundo Conocido, y han adaptado, siempre dotando de nuevos significados, muchos usos y fórmulas elfas en su pensamiento, cultura, historia, mitología, literatura y artes…

Primero esclavos y luego vasallos, terminan siendo los herederos culturales de los elfos cuando su hegemonía se quiebra por su propio peso tras las Élfidas. En la Actualidad eran los dueños del imperio hegemónico hasta las Guerras del Exterminio. Como el resto de razas predominantes tienen una variedad cultural y racial amplia. Dentro de los humanos no existe una unidad a pesar del intento homogeneizador del imperio. Pensemos en el imperio como una suerte de imperio romano que acaba adhiriendo territorios y absorbiendo culturas, pero que resulta impotente para superponer el 100% de su impronta, que en ocasiones queda “contaminada” con matices y aspectos ajenos que terminan formando parte de él. Aún así existen reinos vasallos que a pesar de haberse incorporado al espectro general del imperio conservan muchos de sus rasgos característicos. Pensemos para ello en los reinos helenizados tras Alejandro y sus sucesores o simplemente en el concepto real de reino vasallo, dependiente política y económicamente del imperio pero con sus particularidades sociales y culturales intactas. También existen reinos, estados o grupos humanos que mantienen su independencia con respecto al Imperio y que incluso han sido y son beligerantes a su injerencia, caso de los reinos del norte a los que podríamos asociar, para entendernos, a los reinos galos y germanos frente al poder romano. Así pues, mentalmente, ayuda asociar política, económica y culturalmente al imperio Humano de Flor de Jade al homónimo romano de nuestra historia y no menos con su contexto.
Aproximación al concepto de cultura norteña en el Ycter. Imagen perteneciente al universo de Elder Scroll V Skyrim.

El Imperio organizaba a la mayor parte de los humanos en los territorios de la Arminia Central aunque fuera de ellos existía un buen número de grupos ajenos a este modelo cultural. Especialmente hostiles con él fueron siempre los clanes del Norte, habitantes del Ycter Nevada que el imperio no dudaba en tachar de bárbaros, pero tras cuyas fronteras nunca pudo ejercer un dominio nominal en el mejor de los casos. El Imperio y sus áreas de influencia, a pesar de su incesante exportación de patrones culturales globalizados y estándares nunca consiguió ser una cultura homogénea, a pesar de pretenderlo denodadamente.

El gran aparato militar se concentraba en las Armadas Imperiales, un ejército sufragado desde las arcas imperiales cuya base se había sostenido en el elemento de culto, especialmente en el desarrollo y potenciación de las armadas de Yelm que a su vez se sostuvieron en la poderosa Orden Jerivha, hoy desaparecida y en los ejércitos privados de las grandes dinastías nobiliarias. Este modelo tiene su raíz en el viejo modelo élfico sostenido bajo las milicias de Misal antes de que el cuerpo de Custodias alcanzase rango de verdaderos ejércitos locales.
Aproximación al concepto de Armadas imperiales. Oficial miliciano y Mariscal Imperial.
Ilustración perteneciente al universo de Warhammer.
Este apoyo de ejércitos locales de civiles armados también lo incluía el Imperio en su organigrama defensivo, permitiendo que las grandes ciudades costeasen milicias armadas y adiestradas de manera permanente. El Imperio dotaba de fuerzas militares Imperiales a todo lugar bajo su dominio efectivo y se reforzaba en aquellas ciudades más acaudaladas e importantes con las levas de milicianos locales. El número y adiestramiento de esas levas suponía para la ciudad que las soportaba una especie de status superior con respecto al resto y marcaba su prosperidad. Aquellas ciudades capaces de mantener un buen número de milicianos bien pertrechados y entrenados advertían con ello de su prosperidad económica a sus vecinas.

Evidentemente todo este mundo es el que el Culto de Kallah quiso derribar después del levantamiento de sus huestes y la posterior guerra.

Nota: Las ilustraciones pertenecen a los universos de Warhammer, GuildWars2, Elder Scroll V Skyrim. Sólo cumplen función ambiental y orientativa.