domingo, 19 de octubre de 2008

PROTAGONISTAS DE LA FLOR DE JADE. Gharin, el Arco del Sanshary.



GHARIN

“Compruebo aquí también el paso de los años y de las luchas en ti... También tú has cambiado, Gharin, hijo de Vâla, Arco del Sannshary... ¿Dónde está aquél bribonzuelo, de lengua afilada que sólo pensaba en el número de damas que retozarían con él entre las sábanas? -Gharin sonrió llegando casi a ruborizarse, en los labios de Ishmant afloraba también la sonrisa.
-Por Alda ¿Cierto que en un tiempo fui así?-
-Tan cierto como que respiras, muchacho.”

Flor de Jade. Vol. 1 El Enviado. Evento 9º.




Gharin Ellënnarill de Sannshary, El Arco del Sannshary, es semielfo de madre elfa Silvänn y padre humano (desconocido). En el momento de la narración ha cumplido 96 años (proximadamente unos 35 años en términos humanos)


Gharin tiene la apariencia de un elfo. Sólo los ojos élficos pueden delatar las sutiles diferencias entre elfos puros y mestizos, prácticamente imposible de distinguir a ojos de otras razas. Es un elfo alto (1’82 m.), delgado, de armónica estructura y nervuda complexión física de ensortijados y largos cabellos rubios. Su rostro, imberbe y juvenil no delata su edad real y le hace seguir pareciendo joven a pesar de su edad, cercana ya al primer siglo de existencia, jalón que distingue la auténtica madurez de la juventud en términos élficos.


Nació en los bosques del Sannshary donde se crió con Allwënn. A diferencia de aquél, cuya madre siempre lo protegió, el primer rechazo de Gharin fue en el seno de su propia familia. Siempre se ha sentido un elfo y nunca ha llegado a superar el rechazo que esta raza le profesa por el hecho de ser mestizo. Fue en la víspera de su expulsión cuando Allwënn decidió abandonar los bosques con él. Desde esa fecha se ha convertido en su sombra y en su inseparable compañero. A pesar de la diferencia de edad (que parece mucho mayor en términos humanos que en términos relativos élficos) la fuerte personalidad de Allwënn siempre ha primado en su relación, sin embargo, Gharin, más templado de carácter, ha asumido bien su papel de protector. Es consciente que sin sus consejos y sus análisis más sensatos de las situaciones, Allwënn abría acabado muerto en más de una ocasión (el propio Allwënn en momentos de lucidez es consciente de eso). Es él el encargado de templar al iracundo mestizo, de bajarle a la tierra, aunque a menudo se necesite mucha discusión para ello. Gharin es feliz en este papel en la sombra, tanto que ha llegado a tener dependencia de su amigo.
En otro orden de cosas, su carácter es más jovial y risueño que el de su huraño compañero de lides. Durante mucho tiempo se ganó a pulso fama de libertino y mujeriego. Su belleza élfica y sus habilidades de seducción bien jugaron a su favor.

Gharin es un personaje muy interesante, mucho más hermético que su temperamental compañero, esconde muchas dudas y sufrimientos, en especial la sensación de inadaptación que le otorga saberse repudiado por una raza que considera la suya. La responsabilidad como protector de Allwënn le hace sufrir por su amigo, a quien admira y valora como de su propia sangre. Esta peculiar pareja, esta amistad necesaria y superviviente es una pieza fundamental del sustrato espiritual y sentimental de la historia. Ellos simbolizan la amistad sincera y profunda… ambos se necesitan y ambos se alimentan del otro. Representan uno de los vínculos más fuertes de la historia.