Acto VII
Ahora, en frío, no sé si ha sido
una buena idea…
—¿Estás
loca? —Täarom se lleva las manos a la cabeza y baja la voz que ha levantado de
pura inercia—. ¿Entregarte a los de Ylos? Sería más rápido si te corto la
garganta aquí mismo. ¿Qué pretendes conseguir con eso?
Sé que lo que
trata de decirme es lo más razonable. Ni yo misma sé muy bien qué pretendo.
Supongo que forzar un poco la marcha de los acontecimientos. Que el hombre que
me ha tenido inconsciente en su cama, el que ha podido venderme, matarme o
hacer lo que le placiese conmigo haya sido el único en advertirme peligros y
acabe entrando en una casa franca de la orden de espías resulta francamente
desconcertante.
—Ese
hombre no puede ser enemigo —le digo convencida.
—¿Por
qué estás tan segura?
—Porque
de serlo no estaría aquí hablando contigo. Estaría desangrándome en una cama,
flotando en las cloacas o delante de aquellos que me quieren muerta. Es una tapadera.
—Pues
si tu aliado tiene como tapadera la
Orden de Ylos, tiene la sangre congelada en las venas. No sé
si sería oportuno tocar las pelotas de alguien así.
—Pues
eso es justo lo que quiero.
—Querida,
eres puta: para tocar pelotas no necesitas meterte en la boca del lobo.
Sonrío
con ironía.
—Muy
agudo, Täarom. No sabía que entre tus habilidades también estaba hacer de
bufón.
Él
también me sonríe.
—Hago
lo que puedo. Soy el tipo de los recursos, ¿recuerdas?
—Ese tipo sabe
más de mí que todos vosotros juntos y me debe algo más que una explicación. No
pienso dejarle jugar a su juego. Lo tendré cerca aunque tenga que coserlo a mi
culo.
—Tampoco vas a
tener problemas para tener a nadie pegado a tu culo.
—Si has
terminado de hacer chistes fáciles…
Täarom se pone
serio y suspira hondo.
—Lo cierto es
que solo trato de decirme a mi mismo que no vas a cometer ninguna locura.
—¿Te preocupas
por mi?
—En realidad
me preocupo por mi. Te han visto entrar y te han visto hablar conmigo en la Sirena. Si terminas en
una sala de interrogatorios de la
Orden van a pedirme explicaciones. Si voy a darlas, quiero
saber que no había otras opciones más sensatas.
Respiro hondo.
—Las haya o
no, Täarom, es el paso que quiero dar. Quiero forzar a ese hombre a que me diga
a la cara si está conmigo o si todo esto es un juego. Si es un juego, quiero
que muestre sus cartas aquí y ahora. He salido de una celda vigilada esta misma
noche. Confío que si las cosas se tuercen podré salir de ésta también. No
tienes por qué implicarte más.
—No, si yo soy
quien entrego. Antes o después lo sabrán y si las cosas no salen bien… que no
imagino cómo pueden salir bien…
Me muerdo los
labios. El plan no tiene ninguna finalidad concreta. Mil cosas pueden torcerse.
Jäak puede no estar siquiera allí. Estoy proponiendo una locura y aún así tengo
la extraña certeza que solo dando un paso que nadie espera puedo sacar cosas en
claro. Si sigo dejando que manejen los hilos, haciendo justo aquello que quien
hay tramado todo esto espera que haga, solo voy a ser un títere de ojos
vendados. Si Jäak me está manipulando, solo cortando esos hilos lo sabré,
saltándome las reglas de lo que es razonable… y si no lo hace, le forzaré a
contarlo todo poniéndole en un aprieto.
—Estoy
decidida.
Täarom cierra
los ojos resignado.
—Siempre
tuviste carácter. ¿Sabes lo que pueden hacerle a una prostituta ahí dentro?
—No soy una
simple prostituta.
—Fuera de la Sirena no eres nadie, Lya.
Y ahí dentro, delante de los inquisidores de Ylos, ni los reyes son nadie.
Guardo
silencio un instante. Sé lo que trata de decirme.
—No soy una
simple prostituta. Vuelve a la Sirena. Niega
que me hayas visto después de dejarme en la habitación. Olvida este asunto. A
partir de este momento sigo sola.
Realmente no
sé si ha sido una gran idea. Me han dejado en una habitación vacía. Solo una
puerta y paredes desnudas. La luz la ofrece una lámpara de aceite colgada de
una de las paredes. Sorprendentemente no me han atado ni puesto cadenas. O no me han descubierto aún o no debo parecerles todavía amenazadora. Han
apostado a un par de soldados mercenarios al otro lado de la puerta. Con eso
tratan de cuidarse de que no voy a escapar de aquella habitación sin ventanas. De
momento no tengo ninguna intención de hacerlo. Estoy aquí para forzar que Jäak
sea totalmente franco conmigo. Por eso he preguntado por él. Les he dicho que
tengo información vital sobre la muerte del Príncipe Escarlata pero que solo se
la confesaré a Jäak. De eso hace casi una hora.
Nadie ha venido,
nadie se ha preocupado por mí. En esta habitación sin ventanas no hay ni un
maldito lugar para sentarse. La humedad hace que sea fría e incómoda. Sentarme en
el suelo es una opción desesperada y no quiero que la primera imagen que tengan
de mi es la de una chica asustada y congelada en una esquina.
Escucho pasos
en las proximidades y la voz amortiguada de hombres al otro extremo de la
puerta. Me tenso. La puerta se abre y trato de mostrar mi presencia más firme.
Entran dos
figuras. Llevan el uniforme de la Orden.
El pensamiento
tiene forma de advertencia, pero me sorprende que mi mente haya recordado esos
datos. Con seguridad ya estaban dentro de mí y si han vuelto, mi memoria no está
del todo perdida, solo oculta.
La habitación
es fría y sin ventanas, pero amplia y ellos quedan a unos metros de mi. Se
despojan de las capuchas. Ninguno es Jäak. Mal comienza esto…
—¿Cómo has
dicho que te llamas? —Me pregunta el que tiene aspecto de más veterano. Debe
rondar los cincuenta años. Tiene la frente despejada y escaso pelo negro. Sus rasgos
son severos.
—No lo he
dicho, señor —le contesto. No sé muy bien qué etiqueta seguir con ellos. Se
miran. El otro es solo un poco más joven. Guardan un silencio incómodo.
—Sin embargo
aseguras que tienes algo que contar sobre la muerte del Príncipe Escarlata. Eso
es un hecho que pocos conocen, entenderás que debemos mantener ciertos protocolos
contigo. Por eso estás aquí.
—También dije
que solo hablaría con Jäak Vihyou —les aseguro tratando de parecer lo más sólida
y segura posible—. Sé que está aquí.
—Le tienes
delante —me dice el más joven—. Él es Jäak Vihyou.
Mi expresión
cambia. Me quedo bloqueada durante un instante. En ese tiempo una tercera
figura entra en escena pero queda más rezagada, a espaldas de mis dos
interrogadores. Se alza un poco la capucha. Puedo distinguir los rasgos.
—Él no es Jäak
—digo con firmeza.
—¿Qué te hace
pensar en eso?
—Porque Jäak
está justo ahí detrás. —alzo el dedo para señalar a la figura que acaba de
entrar en la sala. Ambos se vuelven y descubren al hombre que he venido a
buscar.
—Hermano, este
interrogatorio está asignado —dice el primero con una fingida cortesía—. Tu presencia
no es necesaria, por el momento.
—Nadie te ha
mandado llamar. ¿Qué haces aquí? —pregunta el otro.
—Dicen que
esta chica ha dado mi descripción en la puerta. He venido a comprobar de quién
se trata.
Jäak me mira
con una frialdad que me traspasa. Su rictus es el de una montaña helada.
—No es lo único
que ha dado en la entrada. ¿Os conocéis?
—Sí. —aseguro
yo en un impulso que vuelve a centrar en mi la atención.
—No —responde
Jäak tajante—. Esta mujer miente.
Su mirada
sigue siendo piedra. Sus ojos verdes me mantienen clavada en el lugar. Un súbito
calor asciende por mi espina dorsal y soy consciente de la delicada situación
en la que me encuentro.
—Curiosa disyuntiva…
—señala el veterano—. Va a merecer la pena escuchar lo que tenga que decir.
Opciones
1.-Sé hábil. Síguele el juego confiando en que saldrá bien aunque te arriesgas a que te deje sola. (Retráctate
y apoya la coartada de Jäak de que no os conocéis aunque eso pueda ponerte en
una grave situación ante los interrogadores).
2.- No te
fies. Destroza la coartada de Jäak, has venido a eso.
(Mantén la teoría de que
os conocéis, que él mismo te citó hace unas horas en el puerto.).
4 comentarios:
Esta semana lo siento pero no puedo más que decir que ha sido demasiado corto. Intenso pero bastante menos revelador que el resto, así que a esperar a la semana que viene.
Enhorabuena por el éxito con lo de Flor de Jade/Codex ^^
Cierto, muy cierto pero desde el Salón de Barcelona hemos tenido el tiempo muy ajustado y se han cruzado un par de viajes. en estos momentos andamos en dos ciudades distintas, pero mejor tener algo que dejar otra semana en blanco. L cosa se va a poner interesante y compensaremos, prometido. :P
Si mi comentario ha servido para poneros en el compromiso de darnos más, trabajo cumplido! xD Espero que hayáis disfrutado del salón que otros estamos ahora de examenes y toca encierro permanente.
jajajjaa cumplido y con éxito. Caña a esos exámenes!!
Publicar un comentario